
Neurocosmética: cuando la piel y las emociones se conectan
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¿Qué es la neurocosmética?
La neurocosmética es una disciplina que estudia la conexión entre el sistema nervioso y la piel. Se basa en el hecho de que la piel no es solo una barrera física, sino también un órgano sensorial lleno de receptores que responden a estímulos externos e internos.
En otras palabras, lo que te aplicas en la piel puede activar ciertas señales en el cerebro… y viceversa. Esto abre la puerta a una cosmética que no solo hidrata, protege o limpia, sino que también calma, energiza o mejora el estado de ánimo.
¿Cómo funciona la neurocosmética?
Los productos neurocosméticos están formulados con ingredientes que interactúan con las terminaciones nerviosas de la piel o con los neurotransmisores responsables del bienestar. ¿El objetivo? Estimular sensaciones positivas como la relajación, el placer o la calma.
Algunos mecanismos comunes:
- Estimulación sensorial: a través de texturas agradables, aromas naturales, sensaciones térmicas.
- Modulación de neurotransmisores: como la dopamina, serotonina o endorfinas, mediante ingredientes activos.
- Reducción del estrés cutáneo: al calmar la inflamación o el picor, se reduce también el estrés emocional.
- Ingredientes clave en la neurocosmética natural
En el caso de la cosmética natural y ecológica (como la que curamos en OliCocò), la neurocosmética se basa en ingredientes botánicos con propiedades tanto cosméticas como sensoriales. Algunos de los más utilizados:
- Aceite esencial de lavanda: calmante, equilibra el sistema nervioso.
- Extracto de agastache mexicano: planta adaptógena que reduce el impacto del estrés emocional en la piel.
- Aceite de ylang-ylang: asociado a efectos positivos sobre el ánimo.
- Manteca de karité: textura envolvente que transmite confort.
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Aromas naturales: que activan recuerdos agradables o sensaciones de bienestar.
¿Sabías que ciertos olores pueden evocar recuerdos emocionales intensos en milisegundos? Eso también es neurocosmética.
Beneficios de la neurocosmética en tu rutina
- Te ayuda a desconectar: convierte tu rutina facial en un momento de autocuidado real.
- Reduce los signos del estrés en la piel: como rojeces, granitos o deshidratación.
- Mejora el descanso: si aplicas ciertos productos por la noche, pueden ayudarte a conciliar mejor el sueño.
- Fortalece el vínculo cuerpo-mente: sentirte bien en la piel puede cambiar tu día.
¿Es solo marketing?
Buena pregunta. Como en todo, hay productos que realmente se apoyan en evidencia científica… y otros que solo utilizan la palabra “neurocosmética” como reclamo.
En OliCocò apostamos por marcas que formulan con propósito y con ingredientes reales, sin humo. Si un producto dice que calma, debe tener ingredientes calmantes. Si dice que relaja, tiene que ir más allá del eslogan.
Por eso elegimos fórmulas con aceites esenciales ecológicos, activos botánicos certificados y composiciones transparentes.
Cómo introducir la neurocosmética en tu día a día
No hace falta que todo tu neceser sea neurocosmético. Puedes empezar por incorporar uno o dos productos pensados para potenciar tu bienestar:
- Un aceite facial nutritivo con aroma floral suave que apliques antes de dormir. Además de hidratar en profundidad, su textura y aroma invitan a bajar revoluciones y convertir el final del día en un momento de conexión contigo.
- Un hidratante facial en formato tónico, elaborado con agua floral ecológica, que calma, equilibra y refresca. Ideal para pieles sensibles o con tendencia a rojeces, ayuda a comenzar o cerrar el día con una sensación de frescor y alivio.
- Un aceite corporal de rápida absorción, que aporta elasticidad, firmeza y deja la piel luminosa sin sensación grasa. Su textura envolvente y aroma relajante son perfectos para aplicar tras la ducha y dejar que cuerpo y mente respiren.
Y lo más importante: disfruta el proceso. Respirar hondo, sentir la textura en tus manos, dedicarte un momento. Tu piel (y tu mente) te lo agradecerán.